martes, noviembre 30, 2010

¿PUEDES ALABAR A DIOS SIEMPRE?

Cómo superar las dificultades
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Bendiciones
Enio
Meditación diaria
¿PUEDES ALABAR A DIOS SIEMPRE?
HEBREOS 13:15 "Por eso debemos alabar siempre a Dios por medio de Jesucristo. Esta alabanza es el sacrificio que debemos ofrecer. ¡Alabémoslo, pues, con nuestros labios!”

Es muy fácil alabar a Dios cuando estamos en la iglesia los domingos. Desafortunadamente, no podemos estar allí todos los días, todo el día. Tenemos que regresar a la casa donde el medio ambiente no es siempre tan apropiado para la alabanza.
Se rompe el aire acondicionado, o deja de funcionar el refrigerador o quizás el teléfono suena con tanta frecuencia que interrumpe todo lo que estás haciendo. Cuando sales a la calle te encuentras en medio del tráfico, rodeado de choferes que tratan por todos los medios de adelantarse a tu automóvil. Si vas al mercado, tienes que esperar en una larga fila para pagar y sientes que te estás llenando de impaciencia. En ninguna de estas situaciones es fácil alabar a Dios.
Cuando las condiciones son desfavorables, cuando nos enfrentamos a la adversidad, cuando todo parece estar saliendo mal, es cuando más debemos hacer un esfuerzo por enfocarnos en buscar el rostro del Señor y alabarlo en lugar de concentrarnos en las circunstancias.
Esto es verdaderamente un sacrificio de alabanza, como dice el pasaje de hoy. Nuestra fe se pone realmente a prueba cuando a pesar de las circunstancias desfavorables, alabamos al Señor. Cuando lo hacemos, algo sobrenatural ocurre en nuestras vidas.
Aunque no haya cambios inmediatos en la situación vamos a sentir, en primer lugar, la preciosa paz de Dios. Y a medida que continuamos alabando, milagrosamente nos inundará el gozo del Señor, y la tristeza y todo malestar huirán de nosotros, de la misma manera que el espíritu malo se alejaba de Saúl cuando David alababa a Dios tocando su arpa. Dice la Biblia que “Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.” (1ª Samuel 16:23).
En esos momentos en que sientes el deseo de quejarte, esfuérzate en alabar a Dios y dale gracias por todas las bendiciones y pruebas recibidas. Piensa en la infinita bondad del Señor, y en la misericordia que él ha derramado sobre tu vida, y encontrarás siempre motivo para alabarle. De esta manera lo expresó el salmista en el Salmo 118:1: “Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia.” Aunque no sientas deseos de hacerlo, canta un himno o un corito, o recita en voz alta un salmo de alabanza, o simplemente con tus propias palabras exalta el nombre del Señor.
Medita en esta enseñanza, ponla en práctica en tu vida y verás como Dios comienza a derramar sobre ti Sus bendiciones y Su favor, y experimentarás la abundante vida de victoria que Él tiene preparada para ti. Así nos exhorta el Salmo 50:14-15: "¡Sea la gratitud tu ofrenda a Dios; cumple al Altísimo tus promesas! Llámame cuando estés angustiado; yo te libraré, y tú me honrarás.".
ORACION: Gracias, Señor, por todo lo que yo tengo, porque todo ha venido de ti. Mis bendiciones son demasiadas para contarlas. Hoy me hago el firme propósito de ofrecerte sacrificio de alabanza y darte gracias en todas las situaciones en que me encuentre en mi vida. En el nombre de Jesús. Amén.

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