El milagro más grande que hemos recibido...
Bendiciones,
Enio
ALIENTO DEL CIELO PARA CADA DIA
Meditación Diaria
por RITCHIE PUGLIESE
CONVERSION
HECHOS 26:18
“para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados."
Cuando una persona recibe a Jesucristo como su salvador personal, sucede algo maravilloso en el mundo espiritual. Ocurre un cambio de reino. La persona renuncia al reino de las tinieblas y es mudada, por el poder del Espíritu Santo, al reino de Dios.
La palabra “conversión” significa un giro de 180 grados. Antes iba con dirección al pecado, a la muerte y a la maldición, pero al recibir a Cristo doy media vuelta y empiezo a caminar hacia el lado de la santidad, de la vida y de la bendición. Este cambio de reino es mucho más que una idea religiosa. Sucede un cambio de rebelión a redención, de vivir lejos a vivir en íntima relación con el Señor. Este cambio sólo es posible por lo que Cristo hizo en la Cruz del Calvario una vez y para siempre.
La conversión de una persona es el resultado de oir el Evangelio de Salvación y creer en Cristo como el único Salvador. Es un cambio espiritual que se ve cristalizado en el mundo natural. Muchas veces como cristianos dejamos de valorar esta salvación tan grande que estamos viviendo y todo lo que le costó al Señor Jesucristo. El dió su propia vida a favor nuestra para que estemos con El en el presente y el futuro.
¿Cuánto hace que no le agradeces a Dios por el milagro más grande que has recibido, que es la salvación? ¿Puedes ver la mano de Dios en tu conversión a Cristo, teniendo en cuenta que tantos escuchan el Evangelio y que rechazan la Gracia del Señor? ¡El milagro más grande que una persona puede recibir, sin lugar a dudas, es el milagro de la Salvación!
CONFESION DE FE:
POR LA GRACIA DE DIOS HE RECIBIDO EL MENSAJE DEL EVANGELIO Y ME HE CONVERTIDO A CRISTO PARA CAMINAR CON EL DURANTE TODA MI VIDA PRESENTE Y FUTURA.
ORACION:
¡Que la luz de Tu presencia resplandezca en este momento sobre mi, oh Señor, para darme cuenta cuán grande es Tu salvación! ¡Gloria sea a Tu Nombre! En Cristo Jesús, amén.
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