martes, octubre 03, 2006

EL PODER DEL ESPIRITU SANTO

El poder del Espíritu Santo.
Bendiciones,
Enio

ALIENTO DEL CIELO PARA CADA DIA
Meditación Diaria
por RITCHIE PUGLIESE

CONVENCER
JUAN 16:8 Y cuando él venga (el Espíritu Santo), convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
Jesús estaba hablando a sus discípulos acerca de la necesidad que tenía de ir a la cruz del Calvario, ser crucificado, para posteriormente resucitar y ascender a la diestra de Dios Padre, a fin de enviar al Espíritu Santo.
En el pasaje de hoy menciona que, la función primaria del poder de Dios es convencer al mundo de tres cosas: 1) Pecado; 2) Justicia; 3) Juicio.
Por más esfuerzo que hagamos para que la gente venga a los pies de Cristo, esto no sucederá a menos que el Espíritu Santo los “toque” primero. Muchas personas visitan nuestras iglesias y hasta “reciben a Cristo como su Salvador”, porque los estamos forzando, pero no porque el Espíritu Santo haya obrado realmente en sus vidas.
En las cosas de Dios debemos hacer todo a la manera de Dios. Cuando el Espíritu Santo opera, convence al ser humano y le muestra que está viviendo en el pecado lejos de Dios.
Luego, le muestra la justicia de Dios revelada en Cristo Jesús, el Gran Justificador, y posteriormente le muestra la realidad espiritual de que el diablo ha sido derrotado una vez y para siempre en la Cruz del Calvario. De nada vale que nosotros intentemos convencer a la gente, si el Señor primero no lo está haciendo.
Oremos por aquellos a los cuales queremos hablarles del Señor, para que el Espíritu Santo los trate directamente y nos use posteriormente a nosotros para introducirlos a la salvación que hay en Cristo.

CONFESION DE FE:
EL UNICO QUE PUEDE CONVENCER A LA GENTE DE SU PECADO ES EL ESPIRITU SANTO

ORACION:
Te pido Señor que trabajes con mi impaciencia de querer ver a la gente recibir a Cristo. Ayúdame a no forzar las situaciones y empujar a la gente a que te acepte a Ti como el Salvador. Ve Tú delante mío y convence a mis amigos y familiares de su pecado. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

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