Los brazos del Señor estarán alrededor de nuestra
vida para ayudarnos.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
CRUZ
Renuevo de Plenitud
MATEO 11:28-30 “Jesús dijo: Venid a mí todos los
que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre
vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y
hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi
yugo es fácil y
ligera mi carga.”
Nuestras cargas nos pueden hacer mejores de lo
que imaginamos:
más fuertes, más pacientes, más valientes, más amables, y más amorosos
más fuertes, más pacientes, más valientes, más amables, y más amorosos
de lo que hubiéramos sido de no ser por éllas.
Un joven, que no sabía qué hacer con tantos problemas, oraba en su cama,
y así cayó en un profundo sueño.
En sus sueños él ve a DIOS, y le dice: “Señor,
no puedo seguir, mi cruz es demasiado pesada”.
El Señor, lo lleva ante un ángel, el cual le muestra una opción y le
dice: “Joven, si no puedes llevar el peso de tu cruz,
puedes guardarla dentro de esa habitación que ves ahí. Después, escoge de entre
todas las demás cruces que ahí se encuentran, la cruz que tú quieras”. El
joven suspiró aliviado.
-“Gracias”, dijo, e hizo como le indicó
el ángel. Entró a la habitación y entregó allí su cruz y continuó su recorrido
a través de toda esa enorme habitación buscando una cruz que le viniera más
cómoda de llevar. Vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver
la parte de arriba, pero siguió su búsqueda por la habitación que pareciera no
tener fin, probó toda clase de cruces que ahí se encontraban.
Algunas fueron muy pesadas, otras tan pequeñas que le parecían muy
fáciles de sobrellevar, y él no quería decepcionar al Señor, así que siguió
caminando hasta que vio una cruz apoyada en un extremo de la habitación, al
probarla sintió que le quedaba muy bien, no era ligera y sin embargo no pesaba
demasiado, así que decidió tomarla con un poco de esfuerzo…se la acomodó a su
espalda y buscó al ángel.
“Ángel”, susurró, “quisiera ésta”.
El ángel empezó a exclamar algunas palabras, pero el Señor se dirigió al
joven diciéndole: -“Hijo mío, no existe mejor elección,
felicidades”. -El joven se retiró lleno de alegría.
El ángel le dijo a DIOS: “Pero Señor, el joven
se lleva la misma cruz con la que llegó aquí.”
Cualquiera que sea tu cruz,
cualquiera que sea tu dolor, siempre brillará el sol después de una tormenta.
Cuando los problemas de la vida
nos parecen abrumadores, debemos, estar gozosos y agradecidos porque sabemos
que el Señor no nos va a dar más carga que la que podamos llevar, y aún, con
nuestras cargas, Sus brazos estarán alrededor de nuestra vida para ayudarnos a
llevarla.
OREMOS:
Padre Celestial. Hoy me acerco a Ti Señor, para agradecerte por todas las
bendiciones que Tú derramas sobre mi familia y mi persona. También pongo a tus
pies todos mis problemas y angustias para que Tú me ayudes a superarlas.
Gracias Señor.
Te lo pido
por Cristo Jesús, amén.
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