¡SILENCIO, por favor!
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¡SILENCIO!
SALMOS 46:10 “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios…”
Nuestro mundo se ha vuelto cada vez más ruidoso. No obstante, según un informe, la ciencia ha descubierto una manera de lograr silencio absoluto: «Los científicos han presentado el diseño de una “placa acústica” que podría hacer los objetos impermeables a las ondas sonoras. Esta tecnología, explicada en la revista New Journal of Physics, podría utilizarse para construir, entre otras cosas, casas a prueba de ruidos, salas de concierto de avanzada o buques de guerra silenciosos, etc., etc.».
Cuando buscamos un lugar tranquilo para estar a solas con Dios, tal vez nos gustaría tener una de estas «placas acústicas». Sin embargo, aunque pudiéramos silenciar todos los sonidos externos, el ruido interior de las preocupaciones podría seguir reverberando en nuestra mente.
Se nos dice: «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios». Pero, en términos prácticos, ¿cómo acallamos el corazón? Dios entiende nuestro dilema y provee Su propia «placa acústica» para aquietar nuestro interior: intercambiar nuestras preocupaciones por Su paz.
«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Filipenses 4:6-7).
¿Te sientes demasiado cargado y abrumado tratando de resolver tus problemas? Haz un alto y deja las cosas en manos de Dios. Reconoce tu incapacidad y tu debilidad, y simplemente ora y estate quieto. Permite al Señor tomar el control y descubrirás las maravillas que El tiene reservadas para ti. El te demostrará que El es más que suficiente para resolver todos tus problemas.
Cuando colocamos nuestras angustias en las expertas manos de Dios, hallamos la tranquilidad que sólo Él puede brindar; Dios da paz a quienes están en silencio delante de Él
ORACION: Padre Santo, te ruego me des discernimiento para entender en lo más profundo de mi espíritu, lo que tú quieres que yo haga cuando me dices que esté quieto y que guarde silencio. Ayúdame a descansar en Ti, a confiar más en Ti y a esperar tranquilamente en Ti. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.
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