Pasar tiempo con DIOS nos transforma.
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
SERVIR CONTINUAMENTE
Nuestro Pan Diario
**Leer Daniel 6:10-22
DANIEL 6:20
“… el DIOS tuyo, a quien tú continuamente sirves,
¿te ha podido librar…?”.
Cuando el psicopedagogo Benjamín Bloom investigaba
sobre cómo desarrollar el talento en personas jóvenes, examinó la niñez de 120
personajes de élite —deportistas, artistas, eruditos— y descubrió que todos
tenían algo en común: habían practicado intensamente durante largos períodos.
Su investigación sugiere que, para crecer en
cualquier área de nuestras vidas, se requiere DISCIPLINA.
Asimismo, en nuestro andar con DIOS, cultivar la disciplina espiritual de pasar
regularmente tiempo con ÉL es una de las maneras de desarrollar nuestra confianza
en Su Persona.
Daniel es un buen ejemplo de disciplina en el andar
con DIOS. De joven, comenzó a tomar decisiones sabias y cuidadosas: “Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida
del rey ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos
que no se le obligara a contaminarse.” (Daniel 1:8). También oraba con
regularidad, «y daba
gracias delante de su DIOS»: “Cuando Daniel supo que el edicto había
sido firmado, entró en su casa; abiertas las ventanas de su habitación que
daban a Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, oraba y daba gracias
delante de su DIOS como solía hacerlo antes.” (Daniel 6:10). Su búsqueda
frecuente del Señor hizo que quienes lo rodeaban reconocieran fácilmente su fe.
Incluso el rey Darío lo describió como «siervo del DIOS viviente»: (v 20), a quien Daniel
servía «continuamente»
(vv.16, 20).
Como Daniel, nosotros también necesitamos desesperadamente
a DIOS. ¡Qué bueno saber que el Señor obra en nosotros para que anhelemos pasar
tiempo con ÉL: ”porque DIOS es el que en vosotros
produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” (Filipenses
2:13). Por éso, presentémonos delante de DIOS cada día y crezcamos en el
conocimiento de nuestro Salvador: “Y esto pido en oración:
que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en toda comprensión, para
que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprochables para el día
de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para
gloria y alabanza de DIOS.” (Filipenses 1:9-11). —Keila Ochoa
OREMOS: SEÑOR, ayúdame a pasar tiempo contigo
regularmente.
En Tu Santo Nombre, amén.
**Leer Daniel 6:7-23
Todos
los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han
acordado por consejo que promulgues un edicto real, y lo confirmes, ordenando
que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier DIOS
u hombre fuera de ti, rey, sea echado al foso de los leones. Ahora, pues, oh rey, confirma el edicto y
fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de
Persia, que no puede ser abrogada.
Firmó,
pues, el rey Darío el edicto y la prohibición.
Cuando
Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa; abiertas las
ventanas de su habitación que daban a Jerusalén, se arrodillaba tres veces al
día, oraba y daba gracias delante de su DIOS como solía hacerlo antes. Se
juntaron entonces aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en
presencia de su DIOS. Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real: —¿No
has confirmado un edicto ordenando que cualquiera que en el espacio de treinta
días pida a cualquier DIOS u hombre fuera de ti, rey, sea echado al foso de los
leones?
Respondió
el rey diciendo: —Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, que no
puede ser abrogada.
Entonces
respondieron y dijeron delante del rey: —Daniel, que es de los hijos de los
cautivos de Judá, no te respeta a ti, rey, ni acata el edicto que confirmaste,
sino que tres veces al día hace su petición.
Cuando
el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera y resolvió librar a Daniel; y
hasta la puesta del sol trabajó para librarlo. Pero aquellos hombres rodearon
al rey y le dijeron: —Sabes, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún
edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado.
Entonces
el rey ordenó que trajeran a Daniel, y lo echaron al foso de los leones. El rey
dijo a Daniel: —El DIOS tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.
Trajeron
una piedra y la pusieron sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su
anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel
no se cambiara. Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó en ayunas; no
trajeron ante él instrumentos musicales, y se le fue el sueño.
El rey
se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Acercándose
al foso, llamó a gritos a Daniel con voz triste, y le dijo: —Daniel, siervo del
DIOS viviente, el DIOS tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido
librar de los leones?
Entonces
Daniel respondió al rey: —¡Rey, vive para siempre! Mi DIOS envió su ángel, el
cual cerró la boca de los leones para que no me hicieran daño, porque ante él
fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.
Se
alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso.
Sacaron, pues, del foso a Daniel, pero ninguna lesión se halló en él, porque
había confiado en su DIOS.
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